El verano es una estación donde las temperaturas ambientales aumenta y esto provoca cambios en colores de ropa, en la textura de las telas, en las actividades recreativas, en la alimentación y por ende en el organismo, el metabolismo basal se enlentece, se gasta menos energía y aumenta la transpiración para regular la temperatura corporal, por lo que se pierde mucha agua por el sudor.
La sudoración es el principal mecanismo de defensa que el cuerpo pone en funcionamiento contra la elevación de la temperatura corporal. Su manifestación más obvia es la pérdida de agua, sin embargo, en ese proceso se pierden también sales minerales como sodio, potasio y magnesio fundamentales para un funcionamiento correcto del organismo.
Por ello, se recomienda incluir el mayor número de bebidas posible para favorecer la ingesta total de líquidos. Para las personas sanas, dependiendo de la edad y de la actividad física, además de agua, se recomienda consumir infusiones, refrescos, jugos y lácteos, entre otras. Esto puede ayudar a alcanzar la cantidad de líquido diaria necesaria para el organismo este equilibrado.
La hidratación con agua debe ser acompañada del consumo de frutas y verduras que aporten este requerimiento adicional de sales minerales. El potasio está presente en la banana y el tomate, siendo los cítricos una excelente fuente de magnesio.
Por lo que es de suma importancia hidratarse continuamente y se necesita comidas ligeras y refrescantes.
Entre los platos veraniegos por sus propiedades nutritivas son:
1- Las Ensaladas: son alimentos fáciles de preparar y por su riqueza en agua, vitaminas, minerales y fibra, por lo que hidratan, refrescan y depuran al organismo protege la piel de los rayos solares y previenen el estreñimiento, pueden comerse como cenas, acompañamientos o como plato fuerte solo tiene que equilibrar con proteínas como carnes, pescados, etc.
2- Las Frutas: son alimentos muy refrescante y adecuado para esta época ya que hidratan, protegen la piel de los rayos del sol y evitan el estreñimiento. Se pueden ingerir en ensaladas en zumos, jugos en batidas con leche, Para los niños resulta una merienda ideal combinada con un lácteos (leche y yogurt) también se puede mezclar con un puñado de frutos secos.
Estos alimentos típicos de la época nos aportan nutrientes con propiedades antioxidantes que combaten frente agresiones como la radiación solar, retrasan el envejecimiento, mejoran las defensas y previenen enfermedades crónicas.
Un elemento que hay que evitar en las dietas de días calurosos son los fritos. Y es que los fritos o comidas preparadas con alto contenido de grasas son de digestión muy lenta y pueden resultar pesados, especialmente en días de mucho calor. Lo mejor es evitarlos para lograr una digestión rápida y evadir malestares.
Las bebidas alcohólicas, aún aquellas de baja graduación, no son la mejor opción para lograr una buena hidratación. El alcohol tiene un efecto diurético, razón por la cual aumenta la pérdida de agua por orina.
Las formas de preparación de los alimentos también varían en esta época del año, por el calor invita a cocción más simple y ligeras, como cocinar a la plancha, al horno, a la parrilla de esta forma las comidas son más ligeras, no necesitan añadir grasas y condimentos.
También es buena época darle sabor a los alimentos con hierbas aromáticas, abusar de la sal puede provocar retención de líquidos.
Esta época invita a realizar deportes al aire libre, parques, practicar deportes acuáticos, natación etc.